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9 de febrero de 2011

El sonido de las campanas


Hace unos días que he empezado a meditar o mejor dicho que me he obligado a meditar. Me levanto media hora antes de lo habitual y medito centrándome en la respiración. Casi ya es un nuevo hábito en mi vida, sé que mi cerebro lo asumirá como un hábito cuando haya conseguido meditar 20 días seguidos, el día 21 es el día de “objetivo cumplido” y eso ocurrirá en breve. Al principio cuesta, al principio el cuerpo se resiste, prefiere dormir un poco más, prefiere no tener que estar sentado en una posición incómoda, prefiere no centrarse en la respiración y se evade de mil maneras distintas pero luego poco a poco se acostumbra, poco a poco la mente se queda en blanco, poco a poco se empieza a sentir algo distinto y se pasa de ser “pesado-obligado” a ser “agradable”. En ese punto estoy ahora, en el punto de que ya es agradable, en el que al cuerpo le gusta y hasta lo necesita.
Meditar me ha ayudado a ver mi vida desde otra dimensión, me ayuda a ser más consciente en mí día  a día pero sobretodo me ayuda a pensar más lentamente. Mi mente es demasiado rápida, va a una velocidad demasiado ajetreada simplemente porque mi vida es así, en mi vida no hay espacios en blanco ni mentales ni físicos y eso me produce un nivel de saturación demasiado alto. Con la meditación he bajado ese ritmo, he conseguido pausarme al menos durante ese espacio de tiempo a primerísima hora de la mañana.
La vida es un ir y venir constante, la vida es un subir y bajar trepidante y a veces el ritmo de la vida nos arrastra, nos engulle, en mi caso es así tal vez porque nado contracorriente en lugar de nadar con la misma dirección que marca el caudal del río de la vida, pero en eso estoy ahora mismo, en finalmente conseguir fluir no sólo el rato que medito sino al largo de todo el día también.
Hoy como casi ya tengo asumido el hábito de meditar a primera hora de la mañana he empezado con otra fase de mi Proyecto: meditar que consiste en la meditación consciente al largo del día. No estoy preparada ni de lejos para centrarme en todas y cada una de las cosas que hago durante el día, en no pensar en nada más que en el momento presente pero si que tengo pequeñas estrategias para conseguirlo, como esta que cojo de una web  de Thich Nhat aunque la he leído también en sus libros.
Yo le llamo el Sonido de las campanas consiste en que cada vez que oigo doblar una campana me detengo, respiro profundamente y me centro en el momento presente. !!La de campanas que hay en  mi ciudad!! Sin ir más lejos al lado de mi trabajo hay una iglesia que cada hora toca sus campanas puntualmente y si coincide con la hora de ir a misa tocan “el virolai” y así sin quererlo cada hora como mucho me acompaña su sonido. Poco a poco lo haré también cuando suene el teléfono o cuando oiga un sonido distinto y con tan sólo sonreír  o respirar profundamente ya es suficiente para empezar a apreciar el momento presente.

5 comentarios:

Jlin dijo...

Hermosa práctica sin duda y seguro que muy efectiva, has hecho bien en escoger un sonido como el de las campanas, destinadas en origen a marcar el ritmo consciente de las horas. :-)

A-B-C dijo...

Curiosamente, o no, también soy una recién iniciada en meditar todos los días. Me gusta para decelerar el ritmo y como forma de busqueda de uno mismo.

Me ha gustado el enlace que has puesto, para explorar otras formas de meditar.

Clementine dijo...

Bravo por tu gran fuerza de voluntad, que convierte a la larga tus proyectos en objetivos cumplidos. A mí, además, el sonido de las campanas me parece de lo más relajante, al igual que el sonido del mar.

Matías dijo...

Muy lindas prácticas la de las campanas y la de las mañanas. Felicitaciones por tu constancia. También me ha gustado el enlace que has puesto. Siempre me gustaron estas practicas aunque nunca me propuse llevarla a cabo. Otra que me gustó fue la del comer. Me pareció muy buena. La pondré en practica. Saludos.

Layna dijo...

JLin. Pues es cierto que el sonido de las campanas ayuda!! es un sonido melodioso, rítmico, que marca el tiempo a mi me gusta.

A-B-C. Que bien que nos iniciemos a la vez la meditación!! es genial!! yo al practicar por la mañana no desacelero porque a esa hora estoy tranquila, más bien es como búsqueda de mi misma, como introspección.

Clementine. Siiii tú y yo somos las de los proyectos y objetivos!! es genial cuando se llega al punto "misión cumplida" ¿a que sí? El sonido del mar es algo que echo muucho de menos, está lejos de mi ciudad y verlo, olerlo, escucharlo es algo que me relaja muchísimo sobretodo en invierno cuando no hay nadie. De momento me conformo con las campanas!!

Mr. Dupin. Me alegro que te guste mi enlace. Practicar meditación se puede hacer de mil maneras distintas, todo es empezar, y si la del comer te gusta pues adelante. Ya nos contarás que tal.