Momo tenía un amigo, Beppo Barrendero, que vivía en una casita que él mismo se había construido con ladrillos, latas de desecho, y cartones. Cuando a Beppo Barrendero le preguntaban algo se limitaba a sonreír amablemente, y no contestaba. Simplemente pensaba. Y, cuando creía que una respuesta era innecesaria, se callaba. Pero, cuando la creía necesaria, la pensaba mucho. A veces tardaba dos horas en contestar, pero otras tardaba todo un día. Mientras tanto, la otra persona había olvidado su propia pregunta, por lo que la respuesta de Beppo le sorprendía casi siempre.
Cuando Beppo barría las calles, lo hacía despacio, pero con constancia. Mientras iba barriendo, con la calle sucia ante sí y limpia detrás de sí, se le iban ocurriendo multitud de pensamientos, que luego le explicaba a su amiga Momo: "Ves, Momo, a veces tienes ante ti una calle que te parece terriblemente larga que nunca podrás terminar de barrer. Entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de larga. Y te esfuerzas más aún, empiezas a tener miedo, al final te has quedado sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Entonces es divertido: eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser. De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se queda sin aliento. Eso es importante."
Extracto de Momo. Michael Ende
8 comentarios:
De Momo recuerdo la película, que me encantó. De Ende, "La historia interminable", que disfruté mucho más de mayor que cuando era un chaval.
Menudo personaje ese Beppo, un sabio de verdad. Por cierto, ¿esa ilustración de dónde la has sacado? Es muy chula.
La contrapartida de estar atento sólo a la siguiente barrida es que al final te llevas la sorpresa de que lo del principio vuelve a estar sucio (y más si se tarda tanto como Beppo). Aunque quizá es mejor eso que pensar que lo que haces no tiene sentido porque lo tiene y mucho.
natsnoC. Si, Beppo es entrañable y lo ilustración la saqué del google imágenes al poner Momo barrendero. En google está toooodo y bien archivadito (que haría yo sin mi google!)Un saludo
Petrarca. Mejor llevarme la sorpresa al final que a medio camino sino seguro que caigo en la tentación de volver a barrer lo desbarrido antes de llegar al final. Mirar hacia delante,ser capaz de desglosar las grandes cosas en pequeñas tareas, en pequeñas metas, en pequeñas barridas...es mi clave para poder llegar al final motivado.
A mí también me gustó la película, el libro lo tengo aún pendiente. Pero me encanta el mundo de Michael Ende y estos personajes tan auténticos en lo que dicen.
Destila sabiduría el buen señor este, es cierto que el agobio ante el horizonte produce vertigos que casi siempre mueven a desesperanza. Lo único malo es que es muy fácil de diagnosticar pero casi imposible de erradicar. Al menos en mi caso demasiadas veces la calle insondable me sepulta el animo.
Que grande el libro de Ende, tendré que releerlo por queno me acuerdo de prácticamente nada, desde luego no recordaba al buen y sabio barrendero. No sabía que había película...
Me ha ayudado pensarlo así. Me suele pasar que me abruma toda la tarea que hay que hacer y me acaba bloqueando. Ir paso a paso es más eficaz.
:D
besos
Tener metas volantes, seccionar, dividir, fragmentar lo grande en porciones pequeñas es la manera de ir conquistando la larga lista de "tareas pendientes" o "proyectos en curso" así se pueden poner "vistos" en la mente y eso alienta a seguir adelante, al menos a mi. Gracias a todos por pasaros por aquí. Besos
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