“No lo sé” era una
respuesta que la gente me daba hace unos meses y yo pensaba “¿cómo
puede no saberlo?” y en ocasiones hasta lo verbalizaba en voz
alta.
Con el tiempo, soy yo la que
respondo “No lo sé” a preguntas que me hago a mí misma o
que me hace la gente, tanto da si son triviales o si son
trascendentes. Aparece la no capacidad de
elección, se aletargan las decisiones y la respuesta “No lo sé”
es válida para cualquier pregunta. Cuando desaparece la vergüenza,
cuando tanto da el que pensaran, cuando se prefiere ser ignorante a
ser coherente un “No lo sé” cubre todos los frentes menos
el orificio por donde se va desparramando
el alma a base de “No lo sé” constantes.
3 comentarios:
Yo tambien de un tiempo a esta parte ando respondiendome No lo sé, aunque la verdad si que busco una respuesta más esclarecedora.
Un beso,.
El asumir nuestro grado de desconocimiento o incertidumbre es sano. Pone las cosas en perspectiva y desdramatiza muchos oscuros lugares comunes. Mucho más si al "no lo sé" lo coronamos con un "pero lo que sí sé" para empezar el camino.
"No lo se" Yo también repito mucho esa frase.
Un saludo.
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