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13 de julio de 2013

No lo sé


No lo sé” era una respuesta que la gente me daba hace unos meses y yo pensaba “¿cómo puede no saberlo?” y en ocasiones hasta lo verbalizaba en voz alta.

Con el tiempo, soy yo la que respondo “No lo sé” a preguntas que me hago a mí  misma o que me hace la gente, tanto da si son triviales o si son trascendentes. Aparece la no capacidad de elección, se aletargan las decisiones y la respuesta “No lo sé” es válida para cualquier pregunta. Cuando desaparece la vergüenza, cuando tanto da el que pensaran, cuando se prefiere ser ignorante a ser coherente un “No lo sé” cubre todos los frentes menos el orificio por donde se va desparramando el alma a base de “No lo sé” constantes.

18 de junio de 2013

Seguridad vs riesgo


¿Qué ocurre cuando a uno se le nubla la mente? ¿Cuándo el entusiasmo toma la batuta y dirige una orquesta donde solo suenan acordes de felicidad, cuándo solo se ve el vaso lleno y nunca vacío, cuándo esa fuerza indefinible invade el plexo solar y regala ánimos para todo, cuándo uno brilla con luz propia, cuando uno cree que todo es posible y emprende la acción para que esos sueños se cumplan, cuando a la razón se la silencia y se deja solo hablar a la intuición?
Ocurre que uno se estrella, ocurre que uno deja de tener en cuenta variables desagradables pero no por eso imposibles y se lanza dichoso desde lo alto de un avión, con paracaídas “of course” pero sin haber probado antes si se abría, sin la sabia precaución enemiga de la intuición.

Pasamos de la seguridad al riesgo y del riesgo a la seguridad siguiendo el trazo de un ocho apaisado. Cuando el control nos invade, la rutina nos asfixia y la seguridad nos aburre, dejamos pasar al riesgo para que nos alegre la vida, para que nos ayude a salir de la zona de control previsible y nos dé alas para volar. Pero a veces no vemos las señales de alarma siempre presentes, esas que nos dan el chivatazo para disminuir el nivel de riesgo y volver a trazar el camino del ocho apaisado hacia la seguridad. Escucharse es la clave, ser capaz de escuchar las alertas a través de nuestro cuerpo y así ayudar a la mente a sentir el momento justo de pasar de nuevo a la seguridad para luego volver a saltar al riesgo. Aprender a dejarse llevar por al euforia siempre necesaria pero filtrando las emociones para así saber aplacarla si es necesario, para un sano y necesario equilibrio vital.

6 de junio de 2013

Fortaleza


Ser fuerte no equivale a poder soportarlo todo. Ser fuerte no es sinónimo de ser como un contrafuerte que aguanta inquebrantable sin desfallecer. Ser fuerte, para mí, equivale a ser capaz de aguantar los problemas, ser capaz de soportarlos pero a la vez vivirlos como algo transformador.
El hielo sigue siendo fuerte pero deja pasar a su través la belleza, la calma de ese velero que navega despreocupado. Es la palabra Fortaleza hecha imagen.

4 de junio de 2013

Acción




Hay dos tipos de personas, las que ven la vida pasar y las que viven la vida con intensidad, las que observan como llueve y las que se mojan, las que ven los toros desde la barrera y las que los torean. La gran diferencia entre un tipo de personas y otras es la palabra Acción. Uno se puede inspirar, tener una gran idea pero si esa idea no se transforma en algo palpable se queda en humo que se esfuma.
 
Para pasar de la Inspiración a la Transformación se precisa de una gran aliada llamada Acción. Con ella como abanderada podemos empezar a crear dando paso a la gran alineación interior del Sentir, el Pensar y el Hacer. Solo entonces el Fluir se balancea entre el bambú con el vaivén suave del viento.



4 de abril de 2013

Tristeza, dolor y soledad


En cualquier travesía del desierto que nos veamos inmersos, nos encontramos de frente con tres sensaciones como compañeros de viaje: tristeza, dolor y soledad.

La tristeza agota físicamente pero si no conociéramos la tristeza, tampoco sabríamos valorar la alegría o lo que acabamos de perder. Es sano y evolutivo estar triste puntualmente. La tristeza es incómoda pero acaba pasando. El dolor, duele pero se puede modular. La soledad no deseada escuece pero se puede neutralizar.

Tu capacidad innata de supervivencia te ayudará a despedirte poco a poco de la tristeza, el dolor y la soledad en algún punto del camino. Pero recuerda, nadie lo recorre por ti, pero, al menos, sentirse acompañado y conocer cuál es el proceso hace la travesía menos asfixiante.


“La vida es como visitar el dentista. Siempre crees que lo peor está por llegar,
cuando en realidad ya ha pasado”

Otto von Bismarch



Fuente: Héroes cotidianos. Pilar Jericó. Editorial Planeta


8 de marzo de 2013

Paraíso


Hace unos días leí un artículo de Remei Margarit en La Vanguardía titulado Paraíso, del cual copié estas líneas;

“Casi todas las religiones del mundo sueñan con el paraíso, un lugar en el que los deseos se cumplen, reina la paz infinita y una sensación de plenitud constante. Este podríamos decir que es el objetivo que anida en el inconsciente de cada persona, un lugar adonde ir a parar, libre de temor donde todo es posible”
 
La propia religión, el opio del pueblo, nos pone en la palma de la mano la Fantasía y nos la alimenta en nombre de Paraíso. Nos ayudan a evadirnos, a soñar, a idealizar un lugar donde todo es posible aunque sea pasada esta vida. Esa sensación de aunque ahora no es posible, lo será una vez muerto, lo llamo yo alimentar el Paraíso celestial.

Tanto da si uno cree o no cree, si pertenece a una religión u a otra, lo que está claro es que la religión nos brinda comodines para mejorar la partida de la vida al menos a nivel mental. Y uno se aferra al Paraíso celestial hasta que lo vuelve Paraíso terrenal y se sumerge a vivir dentro de él sin esperar a estar muerto para gozarlo, pero si eso no ocurre, si ese Paraíso terrenal no aparece, no pasa nada, la religión nos seguirá alimentando la Fantasía de que el Paraíso está por llegar aunque sea en el más allá.

4 de marzo de 2013

De la Fantasía a la Realidad


    "La fantasia vuelta imaginacion y la imaginacion, realidad."
 
 
Celebro que natsnoC haya tenido la gran iniciativa de promover la Segunda Semana Temática y esta vez centrada en la Fantasía.

Mi primera duda surgió al intentar diferenciar el significado de la palabra Fantasía de la palabra Imaginación. Pretendía marcar una fina línea que chivara a mi mente donde está ubicada la Fantasía y donde la Imaginación dentro de mi cerebro.

Después de debatir sobre el tema con un gran entendido en todos estos menesteres, concluimos que Fantasía se ciñe al mundo de lo irreal mientras que Imaginación evoca tanto mundo reales como irreales.

Partiendo de esta premisa, yo diría que la Fantasía en una parte de un todo llamado Imaginación.
La imaginación es la que nos permite evocar, soñar, desear, recordar, visualizar en el término más amplio de la palabra mientras que Fantasear es más cosa de mundos irreales e improbables.

La mente humana se nutre de Imaginación y Fantasía a diario. Tanto da si la vida es agradable o no, si se vive un buen momento o uno de no tan bueno. La Fantasía aparece sutilmente y nos ayuda a evadirnos de la realidad, a vivir vidas paralelas fantásticas y maravillosas donde todo es posible dentro de lo imposible. A base de Fantasear mundos intangibles la mente humana se acostumbra tanto a ellos que los acaba ciñendo al mundo de lo posible, siendo entonces la Imaginación la que elimina el término irreal e imposible de la ecuación y centra la mente en el sueño real y tangible. Pasar de la imaginación a la realidad es solo cuestión de firme decisión.

Feliz Semana de la Fantasía a todos!!!

22 de febrero de 2013

La Auténtica Felicidad



¿Cómo saber si lo que se vive es realmente La Auténtica Felicidad?
Sinceramente opino que sólo es posible calibrar ese Cómo estableciendo comparaciones entre las antiguas vivencias o experiencias y la actual realidad vivida. Y uno se acaba dando cuenta que lo que supuestamente era La Autentica Felicidad ahora resulta que era un Amago de la Auténtica Felicidad. Pero claro,eso uno no lo descubre hasta sufrir el auténtico y sano ataque al corazón.

21 de enero de 2013

Zenit

 
Acababa de llegar a la cima. Casi no había tenido tiempo de saborear la sensación de plenitud, ver los agradables paisajes, paladear la felicidad, sentirse dichosa por el hito conseguido. De repente, mientras abría al cielo los brazos casi extasiada de tanta dicha, el suelo empezó a temblar. Se derrumbó un pedazo de la montaña que tan sólida creía. Intentó aguantar trozos de esa tierra que se desvanecía pero no lo consiguió. Cada hora que pasaba quedaba menos espacio donde aguantar arriba en la cima. Permanecía de pie, quieta, paralizaba por lo imprevisto.
El último desprendimiento la arrastró. Empezó a rodar colina abajo. Su alma se iba rompiendo en miles de pequeños trocitos como los jarrones chinos al chocar contra el suelo, pero consiguió recoger los pedacitos de su alma a medida que se caían. Los cogía fuerte en su mano mientras su mente le repetía "Nada te turbes, nada te espante, todo se pasa, Dios no se mueve, la paciencia todo lo puede". Ceso la caída. Pudo pararse en un pequeño rincón entre la maleza. Permaneció allí durante la noche. A la mañana siguiente continuaría el descenso pero esta vez a su ritmo. Miró por última vez la cima inalcanzable y se durmió abatida por el cansancio.
Despertó con los rayos del amanecer acariciando su cara. Se sentía cansada, débil, famélica de calor humano. Ya no había desprendimientos en esa parte de la montaña aunque seguían en la zona este. Bajó y bajó pero esta vez asegurando sus pies en el suelo antes de dar un pie en falso. Descansaba a menudo. Miraba a su alrededor. Se llenaba del sonido de los pájaros, del verdor de los árboles. Se estaba bien en esos páramos solitarios recién descubiertos en su interior. Abrió la mano que aún aguantaba fuerte los pedacitos de su alma rota, los depositó dentro de una cajita diminuta para evitar que se perdiera todo su ser. Ya llegaría el momento que empezaría a pegarla dulcemente. Sabía que quedarían grietas, siempre quedan esas líneas finas cuando pega algo que se rompe aunque lo haga con mucho cariño. Pero no importaba. Las grietas embellecen como las arrugas. Son un signo del vivir.


15 de enero de 2013

Despierta Princesa


 
Despertó, claro que despertó, el amanecer siempre llega. Una mano la cogió del fondo del mar obligándola a respirar con un cálido boca a boca. La vida le mandó una voz divina
en forma de ángel de la guarda, y así despertarla de ese sueño artificial tan denso. Su tierna voz pronunció unas palabras mágicas; Princesa, mami princesa, despierta princesa. Y el aire volvió a sus pulmones y la sonrisa a su rostro porque en ese instante supo que, a pesar de todo, la vida sigue.