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28 de febrero de 2011

Perlas de sabiduría (17). Amar


"Amar consiste en encontrar en la felicidad del otro la propia felicidad"

                                                                                Gottfried Leibniz

25 de febrero de 2011

Desaprender



Aprendemos a vivir a base de las propias experiencias.  La edad proporciona vivencias, buenas o malas, que se almacenan en algún recóndito lugar de nuestras mentes.  El día que el hombre pisó la luna faltaban 57 días para que yo llorara por primera vez en esta vida y llenara mis pulmones de aire. Ese día mi mente estaba blanca y mi alma era pura. A medida que han ido pasando los años se ha ido acumulando creencias, aprendizajes, rutinas, costumbres, vivencias, experiencias. Ahora se trata de desaprender lo aprendido, de sacar de dentro todo lo que está ahí adherido y volver a tener esa mente en blanco, limpia y pura como cuando era una niña recién nacida.
Recuerdo perfectamente como son los bebés al nacer. Se mueven lentamente, sus gestos van a cámara lenta, su respiración es abdominal, respiran siempre profundamente. Sus ojos te miran sin verte y solo distinguen sombras. El ruido les asusta y se refugian en el descanso, duermen, comen, duermen, comen al ritmo que marca su propio cuerpo. Eso es todo. Desaprender consiste en eso, en volver a la esencia de uno mismo,  volver a escucharse, a meditar y entrar en contacto con ese ser puro y limpio que habita dentro de nosotros mismos. Desaprender para volver a aprender. Vaciarnos para poder volver a llenarnos pero esta vez solo de cosas agradables, de alegría, de felicidad.

24 de febrero de 2011

Tiempo para pensar. Borde



Acercaos hasta el borde.
Podríamos caernos.
Acercaos hasta el borde.
¡Está demasiado alto!
ACERCAOS HASTA EL BORDE.
Y ellos se acercaron.
Y él los empujó.
Y ellos volaron.

                                                   Christopher Logue
Extraído de "La matriz divina" de Gregg Braden

22 de febrero de 2011

Vidas enlazadas ( I )



Ángeles

Se escapaba de la cocina donde su madre insistía en que debía ayudarla a pelar cebollas. A ella no le gustaba llorar sin motivo. Cuando nadie la veía se escabullía por la puerta trasera y corría hacia la catedral rápida como una gacela. Tenía 8 años, sus ojos oscuros daban brillo a su cara  de ángel  de un modo especial. 

Florencia florecía, sus calles estaban invadidas por  gente dispar que le impedía el paso pero ella flanqueaba todos los obstáculos mientras corría para llegar lo antes posible a su refugio. No le gustaba llevar esa larga falda,  tan pesada.  No entendía por qué  no podía ponerse pantalones como su hermano.

Isabella era una niña curiosa, vivaz, espabilada, escurridiza. Solo  permanecía quieta cuando entraba en el Duomo. Allí estaba Angelo pintando los frescos  de la cúpula. Siempre llegaba acalorada por la carrera, con la respiración entrecortada, agitada y con el pelo revuelto pero, justo antes de abrir la enorme puerta de madera, se calmaba, se peinaba con las manos, se arreglaba la falda y,  solo entonces, ya más serena,  entraba en el templo  y notaba la paz que allí reinaba. El aire era fresco, olía a cera quemada…Todo ese ambiente le provocaba fascinación. 

- Hola princesa- le dijo Angelo. Ella respondió con una gran sonrisa. 
A Isabella le gustaba el fresco que ahora estaba pintando Angelo. Cada vez le gustaba más. ¡Por fin los ángeles tenían rostro! No entendía por qué Angelo pintaba todos los detalles del cuerpo antes que dibujar el rostro.

 -¿Y la sonrisa? – dijo Isabella- ¿Dónde está la sonrisa de los ángeles?

 -¿Y tú cómo  sabes que los ángeles sonríen?

- Porque los veo allí. ¿Acaso tú no los ves? Ahora están sentados al lado de la ventana mirando  cómo pintas. Ponles una sonrisa. No querrás que estén tristes ¿Verdad?  . Comentó Isabella mientras se sentaba debajo de la gran cúpula a mirar cómo Angelo añadía unas cuantas pinceladas.

 -¿Así princesa?

Angelo se estaba acostumbrado a variar sus cuadros  a partir de las sugerencias de aquella alegre chiquilla. No sabía por qué pero ella le decía cómo tenían que ser sus pinturas para que fueran simplemente perfectas.

 - Siiii - dijo entusiasmada Isabella mirando la cúpula del Duomo.

21 de febrero de 2011

Echar de menos



¿Cómo se puede echar de menos algo que nunca se ha tenido?  A mí me ocurre. Echo de menos personas que no he visto, lugares que no he visitado, experiencias que no he tenido, momentos que no he vivido. Echo de menos abrazos que no he sentido, besos que no me han dado, aromas que no he olido, sonidos que no he escuchado, ojos que no me han mirado.
Últimamente echo de menos tener hermanos/as en mi condición de hija única. A medida que van pasando los años más los echo de menos. Echo de menos la complicidad, el punto de referencia, el saber que pase lo que pase siempre estarán ahí porque la sangre une todo lo que la vida desune. Echo de menos tener  alguien de quien hablar de mis padres, con quien verbalizar el “¿y ahora que hacemos? “en lugar del asfixiante pero acostumbrado “¿y ahora que hago?” en relación a ellos dentro de mi propia vida. El nosotros en lugar del yo. Echo de menos una  infancia llena de peleas, de juegos, de risas, de bromas, de reproches, de besos de buenas noches, de cuchichear hasta dormirme, de deberes comentados, de vacaciones de verano donde el número fuera superior a tres.
Echo de menos los hermanos normales como los que tienen mis amigas normales, en una vida normal dentro de un día a día normal. Esa sensación de vacío que no ha dejado nadie porque nunca nadie lo ha llenado me persigue últimamente. No es ni envidia, ni pena, ni nostalgia, es echar de menos algo que nunca he tenido.

20 de febrero de 2011

Perlas de sabiduría (16). Comprender



" Algunas cosas no sé comprenden aprendiéndolas, 
sino dejando que nos aprendan"

                                                     Madre Teresa de Calcuta

18 de febrero de 2011

Buenos Días


Entro en el trabajo y digo Buenos Días a todas y cada una de las personas que me cruzo o veo por el pasillo hasta llegar a la puerta de mi despacho. Ninguna me saluda primero. Como mucho me responden con un Hola o con un umm o un flojo Buenos Días. Triste realidad.
¿Por qué a la gente en general y la mi trabajo en particular, le cuesta tanto colocarse una sonrisa en el rostro de buena mañana y gritar a los cuatro vientos Buenos Días? Pues no lo sé. Tal vez es una mala costumbre, tal vez es pereza, tal vez es falta de buena educación o falta de urbanidad, no lo sé.
Para mí decir Buenos Días es sinónimo de Feliz Año Nuevo un 31 de diciembre. Es desear a alguien que ese año concentrado en 24 horas que está estrenando, sea único, especial, agradable para esa persona. Es festejar a primera hora de la mañana el simple hecho de seguir vivo, de seguir respirando, de seguir formando parte de este mundo. El have a nice day del inglés lo expresa mejor, pero traducido al español queda cursi,  forzado “Que tengas un bonito/buen/feliz día” aunque  eso es lo que realmente me gustaría transmitir con mi simple Buenos Días. Será que me falla  la Inteligencia emocional o la Inteligencia social será que no sé  utilizar habilidades comunicativas para generar bienestar a mi alrededor.
Esta mañna se ha producido un pequeño milagro. La chica nueva en prácticas me ha recibido nada más llegar a recepcion con un inesperado " Buen Día". Llego a mi mesa de trabajo, enciendo mi ordenador, abro el correo y recibo un Buenos Días como los que a mi me gustan, llenos de entusiasmo y alegría. Y yo pienso: El cambio ha empezado, el cambio es posible :-)

16 de febrero de 2011

Conversación silenciosa



Tenía por delante un día complicado. Se encerró en sus pensamientos mientras iba andando por la calle con sus hijos cogidos de la mano. Uno a cada lado, el paso firme y apresurado. Dispuesta a encarar el día. Notó un “clic”, un apretón fuerte y rápido en su mano derecha. Devolvió  el apretón, “clic”, y sonrió. Pasó la corriente a su mano izquierda, hizo “clic” y notó como esa otra mano le devolvía el apretón. Sonrió de nuevo. La energía fluía a través de ellos mientras seguían jugando a "pasarse la corriente". Sus pequeñas manos le brindaron la conversación que necesitaba oír, una inmejorable conversación silenciosa, intensa y profunda.

14 de febrero de 2011

Egipto. Valentía



El pueblo egipcio ha demostrado estos  días que todo es posible, ha demostrado que es un pueblo valiente,  que no tiene miedo. Se ha enfrentado a sus indeseables gobernantes por la vía pacífica y les han obligado a irse. Un pueblo entero clamando, gritando juntos, reclamando en la calle lo que es suyo. Al final lo que parecía imposible, se ha hecho posible y la cúpula del gobierno egipcio ha sido destituida y Mubarak ha dimitido.  Es pueblo ha demostrado al mundo entero y  se ha demostrado a sí mismo su valentía.
Según el filósofo Andre Comte-Sponville “ la valentía es la virtud que afronta el peligro, el sufrimiento y la fatiga, que vence al miedo, a la queja o a la pereza”
Ser valiente es una actitud delante de la vida. El pueblo egipcio lo ha demostrado en “masa”, con la fuerza de la unión y tal vez el premio es más grande, más trascendente porque es común, entre ellos ahora mismo existe la euforia colectiva y eso, ciertamente, es sumamente gratificante. Pero en nuestras vidas, en cada una de nuestras pequeñas y diminutas vidas   individuales pueden existir esos gobernantes indeseables  en forma de problemas familiares, laborales, económicos, de soledad o de excesiva compañía indeseada, son esas pequeñas o grandes cosas de nuestro día a día occidental que nos oprimen, que nos encierran, que consiguen atarnos a una vida gris a veces. Quién sufra esa opresión involuntaria tiene la obligación consigo mismo de ser valiente y gritar como lo ha hecho el pueblo egipcio, seguro que es más sencillo aquí, en nuestra pacífica Europa, que allí. El premio no será compartido, ni clamado a los cuatro vientos pero seguramente será individualmente inmejorable porque una nueva y maravillosa vida se expenderá como una alfombra roja delante de esa persona que valientemente ha luchado por su propia felicidad. El premio será conseguir  que lo imposible se haga posible a golpe de ilusión, perseverancia, coraje, valentía…
La transición no será fácil, como tampoco lo será en Egipto, pero al menos el cambio  habrá  empezado.

13 de febrero de 2011

Una nueva vida ( I )



Cuando, poco a poco, vamos transcendiendo nuestra identidad, nuestro ego, empezamos a tener una experiencia completamente diferente de nosotros mismos y de la realidad. Hay una metáfora que se utiliza mucho para describir este proceso. Imagine el lector que durante toda su vida se ha creído que era el personaje de una película. La película es propia vida como normalmente experimentamos, con sus momentos de alegría y sus momentos de profunda tristeza.
Ahora, imagínese por un instante que se diera cuenta de que usted no es ninguno de los personajes de esa película, sino que es un espectador dentro de un cine. Aunque pueda llorar y reír con lo que les pasa a los personajes, usted sabe que no es ninguno de ellos. Cuando quedamos envueltos en uno de los personajes de la película, creemos que somos eso y nada más que eso. Esto es una plena identificación con nuestra personalidad. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que en realidad somos el espectador que contempla la película, entonces nos estamos identificando con nuestra verdadera esencia, con lo que somos en realidad. Éste es el plano del ser: hemos trascendido el personaje y nos hemos encontrado con nuestra verdadera naturaleza que es espiritual. Es esta distancia del drama lo que le permite mantener una serenidad y una ecuanimidad sea lo que sea lo que ve en la pantalla. Por eso, hay personas que ante las circunstancias más duras no pierden ni su equilibrio ni su paz interior.

Extracto del libro “Reinventarse”  del  Dr. Mario Alonso Puig

12 de febrero de 2011

11 de febrero de 2011

Botiquín para el alma


Tengo un botiquín para mi alma al alcance de mi mano para poder tirar de él en cuanto lo precise.  Es blanco, lleno de luz  y en su interior guardo los remedios que la vida me ha ido enseñado con prisa y sin pausa.  Ahí tengo remedios caseros para cuando el alma se agrieta en forma  de  chocolate caliente cuando asoma la tristeza un día frío de invierno,  o en forma de baño de sol sentada en un banco tranquilo viendo la vida pasar cuando asoma la nostalgia, espacios en blanco para mi mente cuando aparece el agobio, nadar hasta quedar exhausta cuando asoma la rabia…
Pero a veces el alma no sólo se agrieta, a veces se rompe, se cae a pedazos grandes y pequeños, se desparrama por el suelo sin previo aviso y justo en ese momento que uno la ve caer es cuando se debe actuar de inmediato, como si de una urgencia médica se tratara, aplicar vendajes, mantener el pulso constante, cortar la hemorragia hasta recuperar las constantes vitales. En esos casos extremos cada cual debe tener sur remedios preparaditos, aquellos que realmente le sirven a uno mismo de acorde a su manera de ser, los hay que prefieren el silencio, los hay  que prefieren no dejar de hablar, de comunicarse…En mi caso vuelvo a al equilibrio vital a base de disciplina, de rutina, de metas, de objetivos, de iniciar proyectos nuevos, de repasar el camino hecho y diseñar la ruta a seguir, a base perseverancia, de motivación, constancia, dosis de alegría, sonrisas de niños, saberme acompañada en el proceso y poco a poco los ungüentos hacen efecto, poco a poco  se recomponen los pedacitos caídos y cicatrizan,  poco a poco se reequilibra el sistema, se vuelve a ver el camino a seguir, el rumbo a tomar.
Todo forma parte de un proceso de aceptación al cambio, a la incertidumbre, al misterio de un futuro impalpable y entonces cuando uno toca fondo, cuando sólo cabe subir, me apodero de una de mis tiritas en forma de ánimos a través de una frase motivadora o de una cápsula de mi propia sonrisa o de una aspirina en forma de respiración  profunda o una píldora mágica en forma de meditación consciente y así escuchando mi ser, oyendo mi alma, sintiendo ese dolor o sufrimiento y mirándolo de frente avanzo firme y fuerte hacia el horizonte sola a veces o con la ayuda de ángeles que tutelan mi vida en otras ocasiones  pero de una forma u otra siempre se acaba avanzando hacia el interior de uno mismo que es donde realmente se encuentra la solución a cualquier remedio para la propia alma.

9 de febrero de 2011

El sonido de las campanas


Hace unos días que he empezado a meditar o mejor dicho que me he obligado a meditar. Me levanto media hora antes de lo habitual y medito centrándome en la respiración. Casi ya es un nuevo hábito en mi vida, sé que mi cerebro lo asumirá como un hábito cuando haya conseguido meditar 20 días seguidos, el día 21 es el día de “objetivo cumplido” y eso ocurrirá en breve. Al principio cuesta, al principio el cuerpo se resiste, prefiere dormir un poco más, prefiere no tener que estar sentado en una posición incómoda, prefiere no centrarse en la respiración y se evade de mil maneras distintas pero luego poco a poco se acostumbra, poco a poco la mente se queda en blanco, poco a poco se empieza a sentir algo distinto y se pasa de ser “pesado-obligado” a ser “agradable”. En ese punto estoy ahora, en el punto de que ya es agradable, en el que al cuerpo le gusta y hasta lo necesita.
Meditar me ha ayudado a ver mi vida desde otra dimensión, me ayuda a ser más consciente en mí día  a día pero sobretodo me ayuda a pensar más lentamente. Mi mente es demasiado rápida, va a una velocidad demasiado ajetreada simplemente porque mi vida es así, en mi vida no hay espacios en blanco ni mentales ni físicos y eso me produce un nivel de saturación demasiado alto. Con la meditación he bajado ese ritmo, he conseguido pausarme al menos durante ese espacio de tiempo a primerísima hora de la mañana.
La vida es un ir y venir constante, la vida es un subir y bajar trepidante y a veces el ritmo de la vida nos arrastra, nos engulle, en mi caso es así tal vez porque nado contracorriente en lugar de nadar con la misma dirección que marca el caudal del río de la vida, pero en eso estoy ahora mismo, en finalmente conseguir fluir no sólo el rato que medito sino al largo de todo el día también.
Hoy como casi ya tengo asumido el hábito de meditar a primera hora de la mañana he empezado con otra fase de mi Proyecto: meditar que consiste en la meditación consciente al largo del día. No estoy preparada ni de lejos para centrarme en todas y cada una de las cosas que hago durante el día, en no pensar en nada más que en el momento presente pero si que tengo pequeñas estrategias para conseguirlo, como esta que cojo de una web  de Thich Nhat aunque la he leído también en sus libros.
Yo le llamo el Sonido de las campanas consiste en que cada vez que oigo doblar una campana me detengo, respiro profundamente y me centro en el momento presente. !!La de campanas que hay en  mi ciudad!! Sin ir más lejos al lado de mi trabajo hay una iglesia que cada hora toca sus campanas puntualmente y si coincide con la hora de ir a misa tocan “el virolai” y así sin quererlo cada hora como mucho me acompaña su sonido. Poco a poco lo haré también cuando suene el teléfono o cuando oiga un sonido distinto y con tan sólo sonreír  o respirar profundamente ya es suficiente para empezar a apreciar el momento presente.

Perlas de sabiduría (14). Milagro


“Hay dos maneras de vivir la vida: una como si nada fuera un milagro,
la otra es como si todo fuera un milagro”
                                                                                     Albert Einstein

8 de febrero de 2011

Perlas de sabiduría (13). Amanecer




“En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante,
y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”

                                                     Yibrán Jalil Yibrán

7 de febrero de 2011

Perlas de sabiduría (12). Utopía


“La Utopía está en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para eso sirve: para caminar”

                                             Eduardo Galeano

5 de febrero de 2011

CORAJE



Se preguntaba Vincent van Gogh “ ¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”  
Los que se arriesgan, los que se la juegan, los que apuestan por una vida distinta,  los que crean nuevas circunstancias, los que intentan algo nuevo, a esos se les llama valientes o tal vez locos. Yo las llamo personas con coraje.
El coraje es la ausencia del miedo, es la conciencia de que hay algo por lo que merece la pena arriesgarnos.  El coraje nos mueve porque creemos que  aquello que deseamos crear, cambiar, construir dará  un sentido nuevo a nuestra vida. El coraje nos empuja a enfrontarnos a nuestros miedos internos y externos. Nos lanza a un viaje del cual regresaremos completamente transformados; bien porque habremos alcanzar el anhelo que nos llevó a partir,  o bien porque sin llegar a alcanzar dicho anhelo habremos aprendido algo nuevo que nos llevará a ver la vida con ojos distintos. Sea como sea, habremos crecido en el viaje interior.
Nuestros anhelos y nuestro coraje van juntos cogidos de la mano. El anhelo nos invita a creer, el coraje nos lanza a crecer. El anhelo es semilla, es idea, es sueño. El coraje es acción, transformación, realidad. Los dos se enlazan en un baile entre lo espiritual y lo real, de esa danza entre las utopías y la realidad es  a partir de dónde conseguiremos  construir algo nuevo.
El coraje es esa capacidad de realizar actos inimaginables cuando la vida nos pone en situaciones límite. El coraje nos permite mover energía, sentimientos, emociones e ir más allá de nuestros propios límites.
La vida es una gran oportunidad de arriesgarnos para aprender, crecer, sentir, compartir, amar, en definitiva para vivir plenamente.

4 de febrero de 2011

Tiempo para pensar. Amor


-¿Qué es el Amor?-  preguntó el discípulo.
- La ausencia total de miedo - dijo el maestro.
- ¿Y qué es a lo que tenemos miedo?- volvió
a preguntar el discípulo.
- Al Amor- respondió el maestro.

                                                                                                                                  Anthony de Mello

3 de febrero de 2011

No te rindas.



                        No te rindas, aún estás a tiempo
                        de alcanzar y comenzar de nuevo,
                        aceptar tus sombras,
                        enterrar tus miedos,
                        liberar el lastre,
                        retomar el vuelo.

                        No te rindas que la vida es eso,
                        continuar el viaje,
                        perseguir tus sueños,
                        destrabar el tiempo,
                        correr los escombros
                        y destapar el cielo.

                        No te rindas, por favor no cedas,
                        aunque el frío queme,
                        aunque el miedo muerda,
                        aunque el sol se esconda
                        y se calle el viento,
                        aún hay fuego en tu alma,
                        aún hay vida en tus sueños,

                        porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
                        porque lo has querido y porque te quiero.
                        porque existe el vino y el amor, es cierto,
                        porque no hay heridas que no cure el tiempo,

                        Abrir las puertas ,quitar los cerrojos,
                        abandonar las murallas que te protegieron.
                        Vivir la vida y aceptar el reto,
                        recuperar la risa, ensayar el canto,
                        bajar la guardia y extender las manos,
                        desplegar las alas e intentar de nuevo,
                        celebrar la vida y retomar los cielos,

                        No te rindas por favor no cedas,
                        aunque el frío queme,
                        aunque el miedo muerda,
                        aunque el sol se ponga y se calle el viento,
                        aún hay fuego en tu alma,
                        aún hay vida en tus sueños,
                        porque cada día es un comienzo nuevo,
                        porque esta es la hora y el mejor momento,
                        porque no estás solo, porque yo te quiero.

                                                               Mario Benedetti

2 de febrero de 2011

Aquí está la Tierra Pura.



                                            Aquí está la Tierra Pura
                                            la Tierra Pura está aquí,
                                            sonrío con plena atención
                                            y vivo en el momento presente.
                                            El Buda se aprecia en una hoja otoñal,
                                            el Dharma es una nube flotando,
                                            el cuerpo de la Sangha se halla por doquier,
                                            mi verdadero hogar está aquí

                                            Inspirando,
                                            las flores se abren;
                                            espirando,
                                            soy consciente
                                            del bambú meciéndose.
                                            Mi mente es libre
                                            y gozo de cada momento

                                                                                    Thich Nhat Hanh