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31 de diciembre de 2011

Nos encontramos en la cima ¡¡Feliz 2012!!


Dicen que el 2012 será un año de cambios a nivel global, dicen que nos esperan a la vuelta de la esquina grandes cambios aunque el mayor de todos será a nivel espiritual. Soy de las que se lo ha creído, de las que piensa que la situación crítica en el que estamos sumergidos el mundo en general, solo se puede salir con un gran cambio espiritual global. Pues nada, cambiaremos, nos adaptaremos, seguiremos adelante porque la raza humana es ante todo, capaz de superar lo inimaginable, capaz de adaptarse al medio con una facilidad abismal y así poder evolucionar como especie.
Los cambios generan incertidumbre, no sabemos lo que nos deparan y esa sensación nos aleja de la seguridad, de la rutina, de la estabilidad, del confort que tanto nos ampara, pero ¿y si nos avanzamos a los cambios? ¿y si “provocamos” nuestros propios cambios? ¿y si nos cambiamos a nosotros mismos, a nuestro propio ritmo sin la imposición de los cambios externos inesperados? Pequeños cambios generan un gran cambio, paso a paso se llega a la cima de la montaña, los cambios interiores son los únicos que nos llevan al gran cambio exterior. Estamos a punto, preparados, cada cual a su ritmo pero seguro que nos encontramos en la cima.
Feliz 2012, que este año este lleno de pequeños grandes momentos (o de grandes momentos directamente) para cada uno de vosotros, que la felicidad os inunde, que vuestros sueños se hagan realidad pero ante todo que la ilusión, el entusiasmo, la alegría y el optimismo sean vuestros compañeros habituales durante los próximos 366 días que estamos a punto de estrenar.

22 de diciembre de 2011

Lo bueno y lo malo de la NAVIDAD



Resulta que Maeglin del Patio de les Senescales me ha invitado a participar en un Meme sobre la Navidad y aquí estoy respondiendo y participando. Coincido totalmente con sus palabras  “……..estábamos necesitados de un Meme de temporada.  Algo con lo que sentirnos calentitos cual chocolate caliente invernal los que aún quedamos por aquí en la blogosfera. Echar un leño a la chimenea y que se vea que aún hay alguien en casa, como los últimos de Filipinas, dando la batalla e insuflándole vida a esto del blogspot”  Por tanto, vamos a dar vida a esto de los blogs y celebrar la Navidad entre los que aún quedamos por aquí.
El Meme consiste en Copiar el dibujillo del Meme y publicar una entrada citando y linkeando a quien te lo reenvió. Mencionar 3 cosas por las que esperáis con ganas la Navidad y otras 3 que no soportáis de la misma. Invitar a los blogs amigos que se quiera a unirse.

Mis 3 mejores cosas de la Navidad son:
1-     Empaparme de la ilusión de mis hijos por estas fechas. La Navidad empezó en mi casa a oficialmente el 1 de diciembre. Mi hijo de 7 años esperó pacientemente a que fuera día 1 para abrir la primera ventanita de su calendario de adviento y sacar la chocolatina correspondiente. Su hermana de 4 le imitó diligentemente y desde ese día, lo primero que hacen al levantarse es ir corriendo a la cocina para abrir la ventanita, enseñarse mutuamente la figurita y comérsela felizmente. Desde  principios de diciembre, han ido desfilando muchos momentos compartidos, como escribir la carta a los Reyes Magos, escogiendo solo 3 cosas de la gran inmensidad que hay en los catálogos de juguetes que proliferan en el buzón como setas en otoño. Otro momento estelar es ir a verles  “Cantar Nadales” (villancicos) en la misma puerta del cole ( como si no existiera el salón de actos!!). Allí estaban 150 niños de pie en las escaleras de entrada, como si se tratara de  la coral más importante del mundo mundial, siguiendo las indicaciones del tono que les marcaba el profesor de música. Los padres orgullosos, pero llenos de frío, intentando grabar o hacer fotos para la prosperidad mientras la policía local cortaba el tráfico durante la cantada oficial.
Aunque lo mejor está por llegar: El 24 por la noche hacer  “Cagar el tió” que no es nada más que dar golpes a un tronco con palos de madera mientras se canta una canción típica para que “cague” chocolatinas previo haberle dado  comida durante todo el mes de diciembre, o ir a ver la cabalgata de Reyes o el pesebre viviente o miles de cosas que van surgiendo durante estos 15 días de vacaciones de Navidad que comparto con ellos. Me encanta la inocencia de los niños, de mis hijos en particular, como me escuchan explicar las tradiciones, como esperan con paciencia y se emocionan imaginando lo que está por venir y lo viven con la intensidad que me gustaría vivir a mí la vida cada día del año y no solo en Navidad. Pero ese es un privilegio que le corresponde solo a los niños.
2-     Los Mercadillos Navideños. Me encantan los mercadillos navideños de centro Europa. Mi sueño de alguna Navidad no muy lejana, es pasearme por las principales ciudades europeas y perderme en esos mercadillos navideños, comprar una bola de Navidad en cada uno de ellos para luego colgarla en mi árbol particular un año tras  otro recordando el momento y el lugar donde la compré. A falta de pan buenas son tortas. Hago lo mismo pero visitando los mercadillos navideños de mi ciudad y alrededores, compro una sola bola y la fecho para la prosperidad.
3-     Diseñar el próximo año y analizar el que se acaba. Mis asiduos ya saben que son de proyectos, metas y objetivos durante todo el año pero en Navidad aún más. En estas fechas aprovecho para repasar por escrito el año que se acaba y diseñar el que está por venir en todas y cada uno de sus apartados. Me pongo un proyecto por área y poco a poco le voy dando vida a medida que pasa el año. Ver como he conseguido o mejorado algún aspecto durante el año me encanta al igual que imaginar lo deseos o sueños del que está por llegar. Este año le he puesto imágenes al tema y aún he disfrutado más haciéndolo

Mis 3 peores cosas de la Navidad son:
1-     Que me agobien por la calle intentado que dé dinero para algún organismo social o sanitario, cada mes durante un año. No puedo, es superior a mí. De repente voy por la Calle Mayor llena de tiendas y de gente y alguien me toca el brazo, me lanza una parrafada e intenta que firme un papel. El primer día escuché, luego me  limito a sonreír diciendo “no, gracias”. Este mediodía han sido 8 personas las que me han parado en unos 15 minutos que he estado andando por el centro…uff que agobio.
2-     El amigo invisible en la empresa. Nunca sé que comprar. Intento ser original y ceñirme al presupuesto pero me resulta difícil sobretodo lo de ser original.
3-     La soledad. La soledad no escogida que se palpa en la calle. O bien hay gente feliz o gente muy triste. Reconozco que estos días quién los vive "solo sin desearlo", debe sentirse aún más solo. La familia, estos días, da cobijo y no tenerla debe ser realmente duro.

Y dicho lo dicho paso el Meme a quién quiera recogerlo libremente aunque casi que pongo el nombre de 6 por eso de seguir la cadena. 


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Aprovecho para desearos a todos mis entrañables amigos y compañeros de la blogosfera, una FELIZ NAVIDAD llena de felicidad y de momentos especiales dignos de ser guardados en un rinconcito de vuestro corazón para evocarlos en un futuro cercano o lejano, con una sonrisa en el rostro.



18 de diciembre de 2011

Por favor...¡domestícame!



El zorro se calló y miró largamente al principito:
- Por favor... ¡domestícame! – dijo.
- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.
- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente el principito regresó.
- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.
- ¿Qué es un rito? – dijo el principito.
- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones. 

Fragmento de  El principito 

13 de diciembre de 2011

Perlas de sabiduría. Tiempo perdido




¿A dónde va el tiempo perdido? Puede ser que vaya pululando por los limbos de lo extraviado, conjuntamente con los libros no escritos, las palabras no dichas o los sentimientos no vividos."

                                                                               Rosa Montero


10 de diciembre de 2011

Viento del este, viento del oeste. Kolam



Una persona que me quiere bien, cada vez que constata que  la tristeza, el agobio o un mal día perturban la sonrisa de mi rostro,  me repite incansablemente “Tú construyes tus días, como sea tu día depende de ti”. Realmente es así de simple y complicado a la vez, ser consciente de que cada día que la vida nos brinda podemos pintarlo de tonos oscuros o alegres, todo depende de cada uno.
Hay una tradición hindú que escenifica a la perfección este concepto; el kolam. En muchas aldeas hindúes es habitual ver personas barriendo el suelo del portal de su casa al despuntar el sol. Lo limpian, lo alisan si es de tierra, cogen tizas blancas o de colores, tierra de diferentes tonos,  pintura,  hojas de distintas plantas, palitos o materiales que tienen a mano y dibujan formas geométricas, a veces florales, con círculos o espirales. Imágenes que aparecen dejándose llevar por su inspiración. Los kolam, estos recreativos dibujos que nos recuerdan a los Mandalas, los realizan mientras meditan, dan las gracias y la bienvenida a un nuevo día expresando así que se sienten agradecidos por la oportunidad de vivir veinticuatro horas más. Pero por bonito que les haya quedado el dibujo de bienvenida a un nuevo día, lo que hacen a la mañana siguiente cuando el sol despunta, es borrar el dibujo que tan cuidadosa y creativamente había realizado el día anterior. Se desprenden de él y crean uno de nuevo para el nuevo día que acaba de empezar.
Es una metáfora de la vida. Por maravilloso que haya sido el día anterior, por bonito que sea el dibujo de ayer, si nos aferramos a lo que hemos vivido no construimos nada nuevo en el día actual. Debemos desprendernos del dibujo anterior, guardarlo en la memoria, en el corazón, sabiendo que cada día tiene su propio dibujo y que nosotros mismos debemos construirlo. Kolam es renovación diaria, inaugurar y celebrar la vida. Nos quedamos con la parte intangible del aprendizaje, de lo maravilloso que ha sido y a partir de aquí seguimos avanzando sabiendo que cada día es único y que nunca habrá otro igual.

6 de diciembre de 2011

Ching Lu. Vidas enlazadas III





Ching Lu

Ching Lu era una mujer menuda. Sus cabellos se habían vuelto blancos con los años y no era de las que usaban tintes para disfrazarlos. En el pueblo casi ninguna lo hacía y por las veces que se acercaba a la ciudad no valía la pena rejuvenecer su aspecto. Salir a recolectar arroz en los campos anegados de agua más que un suplicio,  era una evasión para ella. Solo allí conseguía centrar su atención en algo, notar el aire en la cara, el frío del agua en las manos, el sol en su espalda. De tanto en tanto se permitía levantar la vista al cielo  y enviar una sonrisa a través del aire. Su esposo seguía siendo amable con ella. Con los años, los dos habían optado por sustituir palabras por gestos, miradas por comentarios. El silencio era su mejor aliado.

La vida había cruzado sus caminos cuando eran jóvenes. Ella una tímida jovencita y él un apuesto joven. Unieron sus vidas y desearon tener hijos. Cuando ella  notó que estaba en cinta se sintió la mujer más feliz de la tierra. Huan Yue le recordó la reciente ley que les prohibía tener más de un hijo y la necesidad de que fuera varón. Ching Lu no le hizo demasiado caso. Confiaba que una vez hubiera nacido el ser que llevaba dentro, no importaría demasiado su sexo. Tubo un embarazo dulce, su vientre se fue abultando lentamente. El final se acercaba y lejos de estar asustada se sentía impaciente por poder ver finalmente el rostro de ese nuevo ser. Se deslizó fuera de ella sin sufrimiento, oyó su llanto, notó su presencia pero solo consiguió ver su cara un instante. Huan Yue se la llevó. La envolvió en una manta y la puso delante del orfanato. Fue un acto maquinal. No lo pensó demasiado. Solo actuó como había decidido que actuaría si nacía niña.  Los años pasaron y los hijos no llegaron. Las entrañas de Ching Lu parecía que se habían secado y nunca más notó mover una nueva vida dentro de su ser. Ching Lu lejos de olvidar a su hija, la sigue teniendo presente en su mente día tras día. Imagina su cara, sus rasgos, sus sonrisas. La ha visto crecer en su mente año tras año.

Llamaron  a la puerta. Dejó el cuenco del arroz encima de la mesa. Abrió sin prisa. Apareció delante de ella una mujer oriental vestida con ropa occidental. Le sorprendió su largo pelo negro trenzado, sus ojos achinados no destacaban en su rostro pálido pero la luz que emitían iluminaba toda su cara. No necesitó preguntar quién era, lo supo con solo mirarla. Era ella. Había imaginado ese momento miles de veces durante los últimos 30 años. Las noches en vela llorando su ausencia no habían sido en balde. Sonrió mientras unas lágrimas recorrían en silencio sus mejillas. Por primera vez en esta vida, pudo deslizar sus dedos sobre aquél rostro angelical con la misma dulzura que hubiera hecho cuando era una niña recién nacida.



3 de diciembre de 2011

Espesa niebla



La niebla danza a sus anchas por estas tierras hace varios días. Su presencia llena el ambiente de un frío húmedo que se cala hasta los huesos. Neutraliza al astro rey y todo se vuelve triste. Se cuela por todas partes, se engancha al cuerpo y al alma. La niebla va de la mano con la depresión, el desánimo y la tristeza. Cuesta levantarse por la mañana, mirar a lo lejos y no ver nada más que un manto espeso. Todo requiere un esfuerzo extra los días con niebla. Cuesta andar, cuesta hacer cosas fuera de casa y cuesta no ponerse nostálgico.
Vivo en el país de la niebla desde pequeña salvo unos  años que viví en el país del viento. Cierto es que las personas somos distintas según en el lugar donde hemos nacido o vivimos, es algo cultural a la par que climatológico. En un lugar donde siempre hace sol uno es más optimista, comparte más, es más sociable y vive más fuera de casa que dentro. En una ciudad donde impera la niebla uno permanece más en casa y se aísla un poco del mundo porque el  “hace demasiado frío” parece que ser la excusa perfecta para no hacer nada distinto ni especial.
El otro día, cansada de no ver el sol, hice una excursión para visitar al astro rey. No vive lejos de aquí. A escasos 30 km disfrutan de sus beneficios, de su calor y su fuerza sin fin. Una se da cuenta que se echa de menos las cosas simples. A veces dejamos de agradecer lo que tenemos porque lo encontramos normal, está dentro de lo cotidiano. A veces tener sol a diario no nos permite sentir la necesidad de disfrutarlo, gozarlo, sentirlo porque siempre está ahí, es algo permanente, obvio. Solo cuando se echa de menos lo valoramos, agradecemos y deseamos tenerlo de nuevo.
Con las personas ocurre lo mismo. A veces es bueno que un poco de niebla se instale a nuestro alrededor  y así podemos echar de menos el calor de alguien a quien amamos, notar su ausencia, palpar que tenerlo siempre no es una seguridad ni una constante ni es algo obvio ni cotidiano sin más. Echar de menos a alguien y poder volver a tenerlo cerca, es reconfortante al igual que ver de nuevo el sol después de días de espesa niebla.


1 de diciembre de 2011

Muñeca de sal




Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme, hasta que, por fin, llegó al mar. Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de cuanto había visto hasta entonces. «¿Quién eres tú?», le preguntó al mar la muñeca de sal.
Con una sonrisa, el mar le respondió: «Entra y compruébalo tú misma».
Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta que apenas quedó nada de ella.
Antes de que se disolviera el último pedazo, la muñeca exclamó asombrada: «¡Ahora ya sé quién soy!».
Del libro El canto del pájaro, de Anthony de Mello