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27 de septiembre de 2011

Devenir



A veces nos hacen regalos sin pedirlos. A veces ocurre que nos regalan cosas intangibles sin saberlo. A mí me ocurre de tanto en tanto. Recibo regalos sin que ese alguien sea consciente de que me los ha brindado. El otro día me entregaron en medio de una frase la palabra devenir.  No la conocía. Es lo que tiene el bilingüismo que muchas palabras pasan de puntillas por mi lado,  pasan desapercibidas, no me doy cuenta de que existen pero de repente se marcan en fosforito en mi mente y cogen la importancia que se merecen.
El devenir de las estaciones me recordó la escena de Notthing Hill llena de colorido donde se ven pasar las estaciones en un mercadillo ( ¿era esa la película? pues estoy segura pero no voy a ponerme  buscarlo ahora en you tube) . El devenir de las estaciones me recuerda que hay un tiempo para sembrar y otro para recoger, que los frutos de la tierra son buenos maestros de la temporalidad. Necesitan el riego adecuado, el madurar lento. La naturaleza tiene sus ritmos que devienen lentamente todo a su tiempo y en el momento oportuno. Explota la primavera llena de colores al igual que se llena de luz el verano, así como los ocres se deslizan en el otoño para acabar emblanqueciendo el aire en invierno.
El devenir de la vida nos acompaña también a su ritmo. Aprendemos lento aunque comprendemos súbitamente. El enamoramiento es fugaz aunque el amor verdadero es reposado, calmado y tranquilo. La ternura es lenta, no se puede acariciar apresuradamente. La prisa corta por lo sano, prescinde de las formas, no se anda con contemplaciones, va derecha al grano. Según Aristóteles no se pueden experimentar muchos amores verdaderos porque el amor, como la amistad, necesita tiempo.

8 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

No se me ocurre ninguna frase ingeniosa, porque ya las ha dicho usted en el devenir de sus acertadas palabras.

natsnoC dijo...

Y a mi que me has obligado a ir al diccionario con tanto ir y devenir. Supongo que te refieres a la acepción 2, y más concretamente al proceso mediante el cual algo se hace o llega a ser. O tal vez a Cambio, transformación, transcurso.

Menos mal que hoy no estaba leissi y me he puesto a investigar ;)

El Tirador Solitario dijo...

Me ha encantado esta entrada, y además es que esa escena de Notthing Hill es estupenda...y hoy hablando con alguien le comentaba algo sobre la Rueda de la vida...y pensaba en ese eterno devenir...y ahora veo tu entrada...eso es muy jungiano...

Un abrazo, Layna!!

Clementine dijo...

Y yo, que no puedo dejar de venir aquí... Preciosa entrada, Layna. Un beso.

juan andrés estrelles dijo...

Nuestro devenir vital nos hace madurar. Simplemente perfecto.
Lo has clavado, me ha encantado tu razonamiento. Mientras lo leía no dejaba de imaginarme esa secuencia de la película –Si es Notthing Hill, precisamente no hace mucho que mi mujer yo volvimos a verla- y la canción que la acompaña. Y todo por una simple palabra. Genial. Un beso.

Layna dijo...

Pepe. Tus frases siempre son ingeniosas... "devenir de sus acertasa palabras" es precioso. Un beso

natsnoC. ¿Tú mirando el diccionario? Así me gusta que nunca dejes de investigar ni de potenciar tu curiosidad innata. Un beso

Tirador. Me alegro que te guste. Pues si, la Rueda de la vida nos acompaña siempre o eso me gusta creer a mí. Un beso

Clementine. Gracias por pasarte siempre por aquí. Un beso

Juan Andrés. "Nuestro devenir vital nos hace madurar" es una frase que me ha encantado. Gracias y sigue mirando películas bonitas junto a tu mujer. Un beso

Labidú dijo...

Hola Layna!!! Llego a tí por Sory y gracias a ella me lleno de buenas. Me alegra pasar por tu oasis y ver con que sencillez transformas en filosofía tus palabras... Besinos.

Layna dijo...

Bienvenida Labidú!!! Solo intento expresar pasar a palabras lo que siento en mi alma. Gracias por pasarte y leerme.Un beso