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31 de enero de 2012

El eco del miedo



Una serie de documentales de la BBC, El poder de las pesadillas, refleja la importancia del miedo como arma de manipulación: “En el pasado los políticos prometían un mundo mejor. Tenían distintas formas de lograrlo. Pero su poder y autoridad surgía de la visión optimista que ofrecían a su pueblo. Esos sueños fracasaron y, hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Cada vez con más frecuencia, los políticos son vistos simplemente como administradores de la vida pública… Pero ahora han descubierto un nuevo papel que restaura su poder y autoridad. En vez de repartir sueños, ahora los políticos prometen protegernos de las pesadillas. Dicen que nos rescatarán de peligros terribles que no podemos ver y que no comprendemos.“  Años después de estas palabras, tengo la sensación de que los políticos han encontrado un escenario perfecto para alimentar el miedo de la gran masa gracias a la actual crisis económica.  Entra en escena las reformas económicas y sociales profundas sin ser casi discutidas por la mayoría de los ciudadanos. Ellos, los que dirigen, los que mandan a uno u otro nivel, hacen circular y fomentan el miedo, y nosotros, los ciudadanos permitimos más recortes en nuestra libertad al sentirnos indefensos.
El miedo es una emoción básica del ser humano. Jugar con las amenazas, los peligros y el desasosiego es una eficaz arma de control y una excusa perfecta para introducir cambios estructurales que de otra forma rechazaríamos. En el fondo, en la actualidad, la estrategia general, tanto en las empresas como en la política, es la misma que se ha utilizado a lo largo de la historia. El eco de la crisis amplifica temores viscerales que todos tenemos como el miedo a no poder sobrevivir económicamente, a no poder sustentar nuestra vida y la de nuestra familia.  El resultado final de todas estas estrategias de manipulación es devastador, el miedo y sus efectos colaterales se han infiltrado en el centro del sistema social y en la mente de cada individuo. Se ha introducido la certeza de que no podemos hacer nada contra lo que nos viene encima. Se ha generado desconfianza en los otros, se ha fomentado el individualismo, aparecen personas aisladas que compiten por recursos que creen escasos al puro estilo “sálvese quien pueda”. Tendemos a la división, nos fijamos más en lo que nos diferencia e ignoramos lo que nos une.
El clima de amenaza constante ha resultado un instrumento eficaz para aquellos que construyen sociedades basadas en el egoísmo y la desigualdad.  Analizar esta estrategia y entender sus armas es el primer paso para recuperar una forma de pensar y actuar basada en el sosiego. El primer paso es descubrir por qué pretenden manipularnos, que beneficios consiguen traficando con nuestro miedo, desacreditarlos con argumentos, remarcar los límites en voz alta, mirar a los ojos el  miedo, mantenernos firmes y reírnos de él hasta aniquilarlo de nuestra mente, convertirlo en polvo de estrellas y dejarlo volar lejos de nosotros. Entonces y solo entonces, cuando conseguimos mirar la situación con calma, volvemos a la empatía, a la solidaridad, a la unión hace la fuerza. Sin temor, es más fácil buscar respuestas colectivas en los momentos de dificultad. Como decía Galeano “condenemos a muerte el miedo”, así y solo así podremos construir una salida alternativa y dejar de esperar que nos salven.

“La única cosa de la que debemos tener miedo es del miedo”
 Franklin D. Roosevelt



Fuente:
“El temor en los tiempos de crisis”. Suplemento ES.  La Vanguardia 28/01/12


10 comentarios:

miquel zueras dijo...

Muy interesante. La verdad es que recuerdo siempre algún miedo sobre nuestras vidas: en los setenta fue primero la polución y luego la crisis económica, en los ochenta la guerra fría, después vendría la amenaza terrorista y de nuevo otra crisis económica. Saludos. Borgo.

juan andrés estrelles dijo...

Como siempre excelente tema de reflexión el que planteas. La estrategia del miedo es algo de la que el gran público no suele ser muy conciente. Pero a la que autoridades, gobiernos e instituciones llevan muchos años recurriendo. El miedo se ha rebelado como un excelente instrumento para manipular sin el menor pudor la voluntad de las masas. La opresiva situación de incertidumbre que se palpa a nivel mundial es buena prueba de ello. Por desgracias plantar cara a un enemigo tan intangible, tan adaptable a las circunstancias ,parece algo fuera del alcance de cualquiera. Un beso.

Pepe Cahiers dijo...

El miedo es un instrumento perfecto de manipulación, pues, al ser de difícil control, echa sus raíces en nuestra forma de ser, siendo ya un compañero infatigable que nos acompaña de distintas formas y maneras.

Jlin dijo...

Muy sabio este post, como casi todo lo que se publica en este oasis; como cualquier otra emoción debe ser tratada el miedo. Tan malo es dejarse dominar por él como por otras emociones, aunque las califiquemos de buenas. Un poco de miedo de hecho, no hace daño, eso si, en su justa medida, más en el sentido de algo que nos haga reflexionar antes de hacer el loco.

Maeglin dijo...

Es un arma muy poderosa pero con un gran talón de aquiles: caducidad. Una vez que juegas la carta de la paranoia es imposible por bien que la administres mantenerla bien ensamblada más allá de una generación. Por lo que cuando pulsas el boton del miedo pulsas la de demorar el final en tu estadio no la de suprimirlo. Engordar para morir. Menos aún en la sociedad de internet para muestra las revoluciones arabes o incluso las marchas cívicas rusas en estas recientes elecciones.

Mindy dijo...

Quien lo iba a decir, la verdad es que es muy curioso todo el tema,
ha sido muy interesante!
Un saludo!

Unknown dijo...

Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros.

Hermann Hesse (1877-1962) Escritor suizo, de origen alemán.


Solo nosotros podemos desterrarlo.

Un beso

Lala dijo...

Tienes toda la razón. Muy buena reflexión y muy bien comentado. Esta nueva política de terror que se ha instalado en todos lados, en el trabajo, en la calle, en casa... Están manipulando y aprovechando la frase que ahora esta de moda: Por lo menos, trabajo tienes!

Estoy harta y cansada de que los políticos y los empresarios nos estén todo el tiempo metiendo ese miedo en el cuerpo. Sí, crisis hay, evidentemente. Pero por favor, basta de aprovecharse de los que solo queremos tranquilidad y llegar, mal que bien, a fin de mes y basta de decirnos a nosotros que nos ajustemos los cinturones.

Estos empresarios que se quejan tanto, se quejan porque no ganan la millonada a la que estaban acostumbrados. Señores empresarios y señores (por llamarlos de alguna manera) políticos, vosotros también debéis ajustaros los cinturones y dejar de recortarnos tanto, que al final, con tanto recorte nos quedamos pequeñitos, como los recortes de papel que hacen los niños pequeños, se ansian y cortan y recortan hasta que al final no queda nada de nada.

Besotes

natsnoC dijo...

Hola, Layna. ¿Me permites que enlace aquí un post tuyo?

Cadenas

Había otro que no he encontrado del mismo estilo.

Para mí, politica del miedo es lo de Stalin. Ahora lo que pasa es que el "estado del bienestar" nos ha malacostumbrado. Papá estado nos da subvenciones para crear una empresa, subsidios cuando estamos sin empleo, pensiones cuando nos hacemos mayores, medicinas cuando estamos malos, clases en el cole (con contenido controlado por ellos), etc...

Todo eso es genial, maravilloso, grandes avances en nuestra sociedad. Pero tiene muchos peligros. Como el chiste ese de la cafetería

- ¿Cuanto vale un café?
- Un euro
- ¿Y el azúcar?
- El azúcar es gratis
- Pues póngame un kilo


Estamos mal gobernados, los políticos han abusado y son títeres de los grandes capitales. Se han creido que el azúcar era gratis. Pero nosotros también. Y ambos estamos equivocados. Hay que comprar café para que te den azúcar y aunque puedes pedir dos sobres, no te puedes llevar un kilo a casa.

Bueno, te dejo aunque podríamos hablar mucho más de esto. Pero antes una frase de "Juego de tronos":

—¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo?
—Es el único momento en que puede ser valiente

Layna dijo...

Miquel. Es cierto, según va pasando el tiempo los miedos van cambiando. Algo externo que nos amenaza. Saludos

Juan Andrés. Sí, es alguien que se camufla, que se adapta al medio pero al que seguro podemos dar caza, no lo dudes. Un beso

Cahiers. Eso es lo peor, cuando el miedo echa sus raíces en nuestra alma, en nuestro ser y nos va apagando y transformando. Las raíces, ni que sean profundas, se pueden arrancar aunque siempre es mejor que no arraiguen.

JLin. Las emociones se deben saber controlar tanto las buenas como las malas como bien dices tú. Supongo que en el caso del miedo todo depende de la “dosis” exacta. El punto en que nos hace ser prudentes sin inmovilizarnos e impedirnos avanzar.

Maeglin. Nunca me había parado a pensar en la palabra “caducidad” al lado de la palabra “miedo” y es cierto, tiene fecha de caducidad. Mirado así, como un yogurt con una fecha escrita en la tapa, sabiendo que se va a terminar, pierde mucha fuerza y se le puede mirar a los ojos.

Mindy. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Nos leemos!

Sory. Sí señora, eso es verdad, cuando damos el poder sobre nosotros es cuando aparece. Nada ocurre si nosotros no lo decidimos previamente aunque a veces es algo tan sutil que llega a ocurrir sin darnos cuenta. Un beso

Lala. Pero que bien que te has expresado en voz alta Lala. Genial cuando comentas “…con tanto recorte nos quedamos pequeñitos, como los recortes de papel que hacen los niños pequeños..”

natsnoC. Me enlazas un post de mi propio blog, opinas constructivamente con ejemplo incluido y terminas con una gran frase ¿Qué más se puede pedir? Gracias por tu tiempo!
Lo de que tenemos que consumir café para que nos den azúcar es cierto aunque al paso que vamos hasta el azúcar se va a cobrar a 0.10 y entonces a todos nos acabará gustando el amargor del café solo.
Que estamos mal gobernados es algo obvio. Cuando todo está tan enmarañado es difícil deshacer el embrollo, cuesta encontrar la punta de la madeja, el inicio del hilo del cual tirar para deshacer el caos. ¡Aunque poder, se puede!